Oceana se propone el desafío de intervenir los espacios comunes con obras artísticas especialmente concebidas para cada proyecto.En este caso, las piezas seleccionadas para la plaza central vinculan la arquitectura de los dos edificios con el gran espejo líquido. Allí, sobre un basamento de piedra, el agua será el soporte para desarrollar los mapas estelares de Leo Battistelli, en diálogo con las esculturas de Elba Bairon.